“Cuando algo está oxidado, ya no sirve” o eso es lo que solemos pensar cuando vemos algo en este estado. Pero existen varios métodos caseros que nos ayudan a remover las señales del tiempo y la humedad ¡Vamos a verlos!
El vinagre blanco es el más fuerte de todos y su composición es capaz de reaccionar ante el óxido y removerlo.
Instrucciones: Mete el objeto oxidado en un recipiente y báñalo con vinagre blanco, déjalo actuar, frótalo y límpialo ¡Brillará como el primer día!
La combinación entre el limón y la sal provoca un efecto similar al del vinagre blanco.
Instrucciones: Pon el objeto oxidado en una superficie plana y ventilada, cubre el objeto son sal gorda, rocíalo con el zumo del limón, deja que la solución haga efecto (entre 1:30h y 3h), limpia el objeto con la cascara del limón para retirar todo el óxido.
Instrucciones: Mezcla el bicarbonato de sodio con agua hasta conseguir una masa espesa, cubre el objeto oxidado con la mezcla y espera a que se seque, quita los pedazos más grandes con las manos y los más pequeños con un cepillo, aclara el objeto con agua.
Las patatas contienen una cantidad de ácido oxálico que se puede encontrar en la mayoría de productos químicos que se venden en las tiendas para retirar el óxido.
Instrucciones: Corta la patata por la mitad y frótala por la superficie con óxido, esparce un poco de sal por el mismo sitio y utiliza el trozo restante de patata para frotar la sal, limpia y seca el objeto.
¡SOLUCIONES ECONÓMICAS, EFICACES Y CASERAS!